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Las piezas de Adorno son el producto de una colaboración entre madre e hija: una nueva colaboración con una larga historia. Alicia Graña empezó a hacer joyería hace más de treinta años. Su fascinación por la joyería precolombina la llevó a conocer a Lucho Maquiavello, con quien operó el taller, ubicado en su casa. Sus colecciones de los 80s, 90s y 2000s han sido un éxito en el Perú y ahora, con Adorno, su experiencia abre paso a nueva colecciones, con corte más contemporáneo. Luciana Graña, es arquitecta, fundadora del estudio Graña Rodríguez. Siempre rodeada del mundo del diseño y las joyas, desde niña le pedía a su madre y a Lucho que le hicieran joyas que ella diseñaba.Adorno recoge algo de aquella relación: su búsqueda de la belleza, la continuidad del tiempo y el amor por las cosas bien hechas.